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¿Qué hace

única a

Costa Rica?

¿Qué hace única a Costa Rica?

El territorio de Costa Rica es tan pequeño que comprende solamente el 0.03% de la superficie del planeta y, pese a esto, se ubica entre los 20 países más ricos en biodiversidad de la Tierra en densidad de especies. Esto significa que es posible encontrar más especies en 1,000 km2 en Costa Rica, que en la misma extensión en países como Brasil o Colombia.

Usemos Brasil como ejemplo: pese a ser 166.6 veces más grande que Costa Rica, este país presenta un promedio 6.5 especies de plantas, 0.2 de aves y 0.05 de mamíferos por cada 1000 km2; mientras que Costa Rica promedia para la misma extensión, 234.8 especies de plantas, 16.9 de aves y 4.6 de mamíferos.

De hecho, con solo 51.100 km2, Costa Rica alberga cerca de un millón de especies, las cuales representan el 6% de la biodiversidad esperada. ¿Están listos para descubrirla?

La carreta es el símbolo nacional del trabajo costarricense y también una expresión genuina del arte popular del país. Lo mismo sucede con el yugo, un instrumento de madera que sirve para enganchar a los bueyes en la carreta del campesino, uniéndolos por sus cuellos con el fin de empujarla. Y tan importantes son ambos, que en el país es posible encontrar tanto la carreta como el yugo más grandes del mundo, creados por artesanos y pintores costarricenses de prestigio.

La carreta, diseñada en el 2006, consta de dos metros de alto y seis de largo y sobresale no solo por su tamaño monumental, sino también por los vívidos colores con los cuales fue decorada. En los viejos tiempos la carreta era el principal medio para llevar el café, así como otros productos agrícolas, a los mercados.

El yugo, por su parte, mide dos metros de alto y cuatro de largo y fue creado en el 2007 empleando cientos de galones de pintura para decorarlo.

La carreta y el yugo se exhiben en Sarchí, una comunidad reconocida como la cuna de la artesanía costarricense y una parada obligatoria para todo turista que desee apreciar el arte tradicional costarricense.

Si existe un sitio donde la naturaleza exuberante abraza al visitante y el agua constituye un gran espejo gigante que refleja verdor, es el Parque Nacional Tortuguero. Rodeado de un sistema de canales y lagunas naturales que recorren de sureste a noreste, este parque, ubicado en la costa Caribe es, sin lugar a dudas, nuestro pequeño Amazonas. Es también uno de los sitios más importantes en el mundo para la protección de la tortuga verde y hogar de otras interesantes especies como el manatí, el cocodrilo y el pez gaspar; este último considerado un fósil viviente debido a su aspecto.

Aves majestuosas como el garzón azulado, la garza más grande del país, y el gallito de agua, muy famoso en el reino animal por ser la hembra la que protege el territorio mientras que el macho cuida a los polluelos, pueblan este rico ambiente. Las aves son tan diversas que llegan a la mitad de las especies que encuentran en Costa Rica y sobrepasan la totalidad de las que se encuentran en toda Europa. Lagunas pantanosas, ciénagas y bosques inundados son parte de este abanico de diversos hábitats.

Pero Tortuguero no es solo naturaleza. Al encontrarse en el Caribe, es una de las regiones más grandes de cultura afro-caribeña en el país. La mayoría de su población tiene origen jamaiquino y mantiene su cocina, bailes y tradiciones. Sus platillos son principalmente picantes y muchos incluyen coco, convirtiendo a Tortuguero en un sitio muy interesante para experimentar tanto cultura como naturaleza.

Al formar parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes de Costa Rica se encuentran entre los más sorprendentes del mundo. De hecho, el territorio continental ocupado hoy por el país es el resultado de una compleja actividad volcánica que se inició hace 75 millones de años y aún continúa.

Tomando en cuenta todo cráter en el cual haya ocurrido una erupción, la cifra de volcanes en Costa Rica llega a la sorprendente cifra de 112. Algunos de estos son actualmente concurridos parques nacionales que protegen interesantes ambientes naturales.

Uno de estos es el volcán Arenal, considerado entre los 10 volcanes más activos del mundo y por una buena razón: frecuentemente sorprende a sus visitantes con un espectáculo de humo y lava incandescente que desciende por sus laderas acompañada por avalanchas de rocas y sonidos que emergen de lo profundo. Incluso alcanza una velocidad de 70 kilómetros por hora y una temperatura de 1,000 grados Celsius.

La pasada gran erupción del volcán Arenal tuvo lugar en 1968. Hasta entonces se pensaba que el volcán era otro pico más en la Cordillera Volcánica de Guanacaste. Fue declarado parque nacional en 1994. Las aguas termales son ahora una de las principales atracciones del área, junto con hermosos paisajes, senderos naturales y actividades de aventura.

Pese a que las poblaciones indígenas que habitaron Costa Rica antes de la llegada de los españoles no construyeron estructuras arquitectónicas que rivalizaran con las pirámides mayas del norte de Centroamérica, los ancestros que vivieron en el Pacífico Sur de Costa Rica nos dejaron como legado una producción misteriosa de esferas de piedra elaboradas artísticamente, cuyo significado permanece hoy en el misterio.

Existen 235 esferas de piedra registradas en Costa Rica, todas con una circunferencia perfecta, desde los 20 centímetros hasta los dos metros. Estas fueron creadas en un periodo que inició alrededor del año 400 a.C. y se extendió hasta la colonización de Costa Rica por parte de los españoles. La mayoría fueron encontradas en el Pacífico Sur y constituyeron un elemento tan importante para esas sociedades, que su producción se extendió cerca de mil años.

Estas esferas estuvieron asociadas con poblaciones y regiones precolombinas, donde fueron exhibidas en plazas, zonas de paso y terrenos abiertos. Estas constituyeron una forma de arte para ser vista, quizá para diferenciar los pueblos que las produjeron de sus vecinos. Las esferas estuvieron frecuentemente alineadas con otras, formando líneas, triángulos o rectángulos con un significado desconocido.

Estos grupos indígenas también fueron reconocidos por su trabajo en metal y cerámica, y el Pacífico Sur de Costa Rica fue, de hecho, el principal foco de elaboración de objetos precolombinos.

El Parque Internacional La Amistad (PILA) no solo es el parque natural más grande en Costa Rica, con cerca de 200,000 hectáreas, sino también el único binacional creado por los gobiernos de Costa Rica y Panamá en 1982. Esto explica el nombre La Amistad. La extensión total de esta enorme porción de área protegida en ambos países es cerca de 400.000 hectáreas, las cuales cubren una gran variedad de bosques húmedos y nubosos tanto en el Pacífico como en el Atlántico, incluyendo reservas indígenas

La región de Talamanca, una gran porción del parque, en tiempos de la colonia fue un refugio para los indígenas que se oponían a la represión de los colonizadores españoles. El aislamiento de la región, gracias a las difíciles condiciones geográficas, permitió a sus habitantes salvaguardar muchas de sus formas tradicionales de vida y costumbres.

Especies en gran peligro de extinción como el jaguar, el felino más grande de las Américas y el tercero más grande del mundo, viven en el parque así como una gran variedad de otra vida silvestre, que incluye 400 especies de aves, 263 de anfibios y reptiles y 213 de mamíferos. Muchas otras especies se encuentran únicamente en este gigante bosque lluvioso.

Con una superficie marina 10 veces más grande que la terrestre y una inmensa biodiversidad, Costa Rica es el sitio perfecto para los amantes del buceo. La mayoría de estos sitios pertenecen a áreas silvestres protegidas a lo largo del país, como el famoso Parque Nacional Isla del Coco, también Sitio de Patrimonio de la Humanidad. La costa Pacífica de Costa Rica fue incluso considerada por Rodale´s Scuba Magazine como uno de los 5 destinos más importantes en el mundo para la práctica de buceo avanzado.

Ubicada a 532 kilómetros de la costa Pacífica, la isla del Coco fue en los viejos tiempos un refugio para piratas, mercaderes, balleneros e incluso colonizadores. Hoy es conocida por sus tesoros naturales que incluyen al peculiar y amenazado tiburón martillo, así como ballenas jorobadas, delfines nariz de botella, tortugas carey y una variedad de especies de coral, solo para mencionar algunos. El famoso oceanógrafo francés Jacques Cousteau calificó a la isla del Coco como "la isla más hermosa del mundo".

Pero la costa Caribe tiene sus propias maravillas también. Por ejemplo, el Refugio de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo es único debido a las sorprendentes especies que se encuentran allí. En únicamente 5 kilómetros cuadrados de arrecife de coral, los científicos han descubierto 600 especies de moluscos, el 10% de las cuales son únicas en el mundo. En general, los océanos de Costa Rica albergan al menos 6,777 especies, las cuales representan el 3.5% de las especies conocidas en el planeta y también convierten al país en un verdadero paraíso para los amantes del buceo.

Han habitado la tierra desde hace más de 100 millones de años sobreviviendo a cambios climáticos extremos como las glaciaciones. Costa Rica posee algunas de las playas de anidación más importantes del mundo, donde aún es posible observar este rito milenario de supervivencia.

Tanto en el Pacífico como en el Atlántico, cientos de tortugas marinas hembra de cinco especies llegan a nuestras costas para cumplir con la misión incansable de preservar la especie. Por ejemplo, playa Ostional, en Guanacaste, es considerada el principal sitio de anidación de tortuga lora en el planeta, la que se caracteriza por sus grandes arribadas en masa.

También desova en nuestras costas la tortuga baula, que no solo es una las tortugas marinas más sorprendentes por su gran tamaño, de hecho la más grande del mundo, pues llega a medir 1,8 m de caparazón y pesar hasta 400 kg, sino también por recorrer las distancias más amplias jamás registradas en reptiles. Este recorrido lo hace desde sus campos de alimentación hasta la playa donde nació para desovar y en algunos casos estamos hablando de viajes entre continentes.

En Costa Rica, en general, pueden observarse cinco de las siete especies de tortugas marinas que habitan el planeta: lora, baula, verde, carey y cabezona o caguama.

El más importante sitio arqueológico de Costa Rica, el Monumento Nacional Guayabo, ubicado en las faldas del volcán Turrialba, fue declarado en 2009 Patrimonio Mundial de la Ingeniería, reconocimiento que otorga la Asociación Americana de Ingenieros Civiles (ASCE, por sus siglas en inglés), una de las organizaciones de este tipo más importantes del mundo. Guayabo es el tercer sitio arqueológico en América Latina en recibir esa distinción luego de Machu Picchu y Tipón, en Perú.

Guayabo se hizo acreedor a ese reconocimiento gracias a su sistema de acueductos, construido hace 700 años y aún funcional, así como su calzada, un camino de piedra utilizado como vía de tránsito y parte del sistema de drenaje, que conduce hacia el centro ceremonial. Hoy es posible apreciar aún su diseño original, el cual se refleja también en escalinatas de piedra redonda que se llevan a los montículos centrales. Estos una vez sirvieron de soporte a las famosas estructuras de techo cónico de paja y junco de influencia sudamericana. La piedra fue utilizada, en general, para desarrollar un sistema de aceras y paredes que evitan la erosión y los deslizamientos.

Pese a que Guayabo ya no estaba poblado a la llegada de los españoles y las causas de su desocupación permanecen en el misterio, sí se sabe que el sitio tuvo un elevado desarrollo por siglos y un gran significado cultural y político-religioso, realzado precisamente por la riqueza de sus recursos y la presencia del mismo volcán. Guayabo fue construido entre los años 300 a.C y 1.400 d.C y estuvo ocupado por grupos indígenas de la región cultural llamada Área Intermedia, que se extendió desde Alajuela, en Costa Rica, hasta Colombia, Venezuela y parte de Ecuador.

El tómbolo de Uvita o puente de arena que conecta el continente con una pequeña isla rocosa, cerca de playa Dominical, en el Pacífico Sur de Costa Rica, semeja una perfecta cola de ballena en marea baja. Pero más interesante aún, es que el sitio y sus alrededores constituyen uno de los mejores lugares para observar ballenas jorobadas del norte y el sur de América.

Estas cálidas aguas son justo lo que estas ballenas buscan cuando el invierno arriba a sus sitios de origen. Las ballenas jorobadas del norte se observan comúnmente de diciembre a abril y las ballenas jorobadas del sur, de julio a octubre.

El espectáculo es impresionante, tomando en cuenta que estas ballenas pueden medir hasta 16 metros de largo y pesar 40 toneladas. Su nombre se debe a la pequeña joroba ubicada frente a la espina dorsal, que puede notarse cuando emergen y saltan en el agua: definitivamente algo para recordar, especialmente cuando usted tiene la suerte de observar una hembra con su ballenato.

Nacido en Costa Rica en los años 90, el canopy tour es la experiencia más cercana a sentirse un mono viajando entre las copas de los árboles. Es también una de las mejores formas de explorar el dosel, donde se encuentra la porción más grande de biodiversidad del bosque lluvioso, y crear conciencia sobre este frágil ecosistema.

Los cables varían en longitud (¡pueden medir hasta 700 metros de largo!) y finalizan en plataformas de madera construidas en las copas de los árboles, las cuales están ubicadas incluso a 30 metros sobre el piso del bosque. El impacto en la vegetación es todo caso es mínimo. Esto explica por qué los biólogos fueron los primeros que, más de tres décadas atrás, emplearon esta tecnología para investigación.

El canopy tour ha sido adaptado a una gran variedad de ambientes y paisajes dentro del país, incluyendo montañas, cañones, ríos, cascadas y bosques nubosos, tropicales y secos. El tour también ha sido exportado a otros países latinoamericanos como Jamaica, México, Guatemala, Nicaragua y Belice.

Parece que cada surfista que visita el país concuerda con que Costa Rica es uno de los mejores sitios en el mundo para el deporte de las olas; no es casualidad que el país se haya posicionado como el tercer destino más popular para el surf luego de Hawai e Indonesia. Las razones son simples: playas con excelentes olas todo el año, clima agradable, aguas cálidas, gente amigable y precios razonables.

El pasado año, incluso la competencia de surf más grande del mundo, los Billabong World Surfing Games 2009, tuvieron lugar en Costa Rica con la participación de 35 países.

El país es también uno de los pocos en el mundo donde dos grandes océanos se encuentran a solo 6 horas de distancia uno del otro. Esto hace posible surfear en el Pacífico al amanecer y terminar el día domando las olas del Atlántico al atardecer. ¡Definitivamente, un paraíso perfecto para amantes del surf!

Imagine que esa deliciosa taza de café, esa refrescante piña colada recién hecha, las hierbas aromáticas que dan sabor a su ensalada o incluso la fragancia de las flores silvestres que usted respira, podrían ser parte de su piel. Mezclar esos ingredientes con diversos tratamientos de salud, relajación y belleza es posible en Costa Rica.

Si a esto se le agrega una infinita variedad de productos naturales certificados, creatividad y conocimiento, el resultado es un abanico de beneficios que rejuvenecerán su piel. Estos productos lo ayudarán tanto a mejorar su salud física como mental gracias a las hábiles manos de terapeutas locales.

Los ingredientes curativos incluyen café, azúcar moreno e incluso coco. Pueden usarse para exfoliar su piel y ayudarla a eliminar células muertas y toxinas, o pueden mejorar la circulación de su sangre y permitir que la energía positiva fluya en todo su cuerpo. Una forma de hacerlo es disfrutando los populares wraps o envoltorios, en los cuales el barro volcánico, las frutas tropicales y hasta el chocolate son usados para hidratar su piel mientras la nutren con vitaminas y minerales.

Sitios especialmente diseñados para brindar el clima ideal, con música suave y sonidos ambiente del mar o del bosque, pueden ser disfrutados individualmente, en pareja, amigos o familia.

Todo aventurero y amante de la naturaleza debería experimentar la experiencia de navegar los rápidos en Costa Rica. La razón es simple: usted tendrá no solo rápidos de clase mundial sino también un impresionante paisaje tropical, donde verá una gran variedad de vida silvestre mientras navega los tramos tranquilos y se prepara para más acción.

Los aventureros de 12 años o más pueden elegir entre los rápidos de clase II para principiantes, hasta la clase IV para los más experimentados buscadores de emociones.

Los ríos como el Sarapiquí o Corobici son ideales para los recién llegados, por sus rápidos clase I. Otros ríos, como el Reventazón, tienen secciones para principiantes y rápidos increíbles para los más experimentados.

El río Pacuare ofrece una experiencia espectacular, incluyendo un viaje de dos días donde los avenutreros acampan, nadan y exploran cascadas, mientras que los tucanes, los perezosos y los monos aulladores dan una cálida bienvenida.

Su plumaje es principalmente rojo escalarta, pero su cola está cubierta de plumas azuladas, convirtiendo a la lapa roja en una de las aves más hermosas del trópico americano. De hecho, con cerca de un metro de longitud, más de la mitad constituida por su impresionante cola puntiaguda, esta ave no pasa desapercibida en especial porque se le observa frecuentemente en pareja o en grupos de pareja; y cuando esto último sucede, brinda un espectáculo que es imposible de olvidar cuando vuelan sobre las copas de los árboles.

Esto es así porque viven en bosques lluviosos de tierras bajas, tierras forestadas abiertas, orillas de los ríos y sabanas de Centro y Sudamérica. Su rango se extiende desde México hasta básicamente la cuenta del Amazonas.

Una cosa interesante sobre las lapas es que no solo son monógamas, sino que también forman pareja de por vida, lo que significa que si alguno de los dos muere, el otro permanece solo. Esto podría ser mucho tiempo tomando en cuenta que estas aves pueden vivir tanto como 50 años o más.

Otra cosa curiosa es el uso de los picos como ayuda tanto para comer como una "tercera pata" al escalar. El pico es fuerte para aplastar semillas, mientras que su gruesa lengua carnosa es usada para mover la comida alrededor. El periodo de crianza tiene lugar durante la primera mitad del año y el nido es usualmente un agujero en lo alto de un gran árbol muerto, que fue hecho y usado previamente por un pájaro carpintero. Pese a que los jóvenes nacen sin plumas, a los seis meses es difícil distinguir a los juveniles de sus padres.

Históricamente el volcán más activo en Costa Rica, el Irazú, es también el vecino más grande que posee la ciudad de San José. Ubicado, efectivamente, a 30 kilómetros del centro de la capital, este gigante se eleva a los 3,432 metros sobre el nivel del mar y, gracias a su altura, en un día claro tanto el océano Pacífico como el mar Caribe son visibles de su cumbre.

El volcán Irazú es también parque nacional desde 1955 y posee cinco cráteres. Su nombre proviene de la palabra indígena "Istarú", que significa montaña del temblor y del fuego". Pese a ser el volcán con mayor altitud en el país, su cima puede ser alcanzada fácilmente en un vehículo sencillo, haciendo que este volcán sea sumamente accesible para todo tipo de visitantes.

Situada en el cráter principal del Irazú existe una laguna sulfurosa de un hermoso color turquesa, que mide más de un kilómetro de diámetro y 300 metros de profundidad. Esta posee una temperatura promedio de 35 grados Celsius y alcanza incluso los 70 grados en las áreas cercanas a sus fumarolas. La cumbre está coronada por una interesante vegetación tipo páramo, que consiste en pequeños arbustos y un paisaje amplio, semidesértico, que de alguna forma semeja la superficie de la luna.

El viaje al Irazú constituye un tranquilo paseo a través de fértiles tierras agrícolas y hermosos paisajes. La primera erupción registrada de este volcán ocurrió en 1732 y su periodo de mayor actividad finalizó en 1963. Parece estar dormido, pero nadie sabe por cuánto tiempo.

Los ancianos de la Península de Nicoya, sur de Guanacaste, muchos de los cuales superan los 90 años, se encuentran entre los más longevos del mundo. Así lo demostró un estudio del demógrafo de la Universidad de Costa Rica, Luis Rosero Bixby, quien en 2004 halló que la mortalidad entre los costarricenses de 90 años es un 10% más baja en esa zona guanacasteca.

Con una extensión de cerca de 4.100 kms y una población cercana a las 132.000 personas, en esa región unos 5000 habitantes superan actualmente los 75 años, según datos del Centro Centroamericano de Población (CCP). La zona de longevidad incluye a los cantones de Carrillo, Santa Cruz, Nicoya y Nandayure.

El investigador también halló que, en general, los ancianos varones del país tienen la esperanza de vida más alta del mundo. Esto significa que un varón tico que llega a su cumpleaños número 80, puede vivir un promedio de 8,2 años más y uno que llega a los 90, puede alcanzar 4,4 años más, por encima de naciones como Japón, Estados Unidos e Islandia.

Esto llamó poderosamente la atención del escritor Dan Buettner, fundador de Bluezones.com, quien se ha dado a la tarea de identificar las llamadas "blue zones" o zonas azules de longevidad del planeta; es decir, aquellos sitios donde la gente no solo vive más, sino que cuenta con mejor salud que mucha de la población que los rodea.

Fue así como en agosto de 2007, con el apoyo de National Geographic y Allianz Life, Buettner visitó Nicoya con el renombrado experto en logevidad, Michael Poulain, para encontrarse con Rosero y revisar su información.

No solo descubrieron que la información era correcta, sino que efectivamente existe una zona azul en Nicoya, donde los residentes viven más que la gente del resto del país. Otras zonas azules en el planeta son las islas de Cerdeña (Italia) y Okinawa (Japón), así como el valle de Loma Linda (California).

Según sostienen los científicos, menos de un 25% de cuánto vivimos es dictado por los genes: la longevidad de nuestros padres y abuelos. El resto depende del estilo de vida y los hábitos cotidianos que tengamos. Es por eso que los resultados de Nicoya quizá lo sorprendan y aunque usted no viva allí, muchos de estos pueda que lo ayuden a vivir una vida no solo más feliz, sino prolongada.

Además de factores propios de la región, como el agua rica en calcio, que fortalece los huesos, y una tradicional dieta rica en frutas y nixtamal, con presencia de antioxidantes, niacina y aminoácidos, existen otros secretos más enfocados en cómo la gente toma su vida.

Es así como el vivir en familia, tener fe y realizar un trabajo físico que los mantiene en forma, no solo son parte de ese secreto de longevidad de los nicoyanos, sino también el tener un plan y propósito de vida que los empuja a vivir la vida con pasión y más allá de ellos mismos. Por último y no menos importante, está el vivir en conformidad con lo que se es y se tiene, que al fin de cuentas lleva a la felicidad, lo cual eleva los niveles de endorfinas y lleva a un fortalecimiento del sistema inmunológico.

Al parecer la gente de Nicoya no solo está interesa en ellos mismos, sino también en los demás y se mantienen aprendiendo a lo largo de su vida. Y esto parece ser suficiente para poder apagar una candela más cada año.

Se piensa que tienen un reloj biológico y son buenas geógrafas porque muchas reconocen ríos, montañas y ciudades; de algunas se dice, incluso, que son grandes astrónomas porque se guían por medio del sol, las estrellas y hasta por el campo magnético de la Tierra; otras reconocen olores químicos y corrientes marinas.

Lo cierto es que todos los años, millones de especies migratorias, ya sea por agua, tierra o aire, recorren enormes distancias a través del continente americano, algunas incluso arriban en Costa Rica en busca de mejores condiciones climáticas, alimento más abundante o un medio adecuado para reproducirse, lo que generalmente coincide con la época más cálida.

En esa odisea, no exenta de grandes desafíos, algunas especies viajan hasta 32,000 km ida y vuelta. Sucede así con especies de ballenas, murciélagos, aves, peces, tortugas marinas e incluso insectos como la mariposa monarca. La mayoría huye del invierno de Norteamérica para buscar alimento en el sur del continente y luego regresa a sus campos de alimentación en el norte, cuando la primavera hace brotar nuevamente el tan preciado alimento.

Especies tan pequeñas como el colibrí garganta de rubí (Archilochus colubris), que solo mide 10 cm, vuela sin descanso 26 horas desde Canadá y los Estados Unidos hasta Centroamérica a una velocidad de 45 km/h para una travesía de 1,050 km en la que, incluso, atraviesa el Golfo de México. Si la reinita rayada (Dendroica Striata), de tan solo 13 cm, en vez de grasa quemara gasolina tendría un consumo de 1,152,000 km/galón.

Y la migración individual más extensa conocida de un mamífero fue la de una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), vista inicialmente en la Península Antártica y luego en la Península de Santa Elena, Costa Rica, para un recorrido total de 11,500 km.

En las Américas, desde el Ártico a la Antártica, las especies migratorias son recursos ecológicos y económicos vitales compartidos por las naciones y habitantes del Hemisferio Occidental. Estas son recursos de alimento, medios de vida y recreación, y poseen un importante valor biológico, cultural y económico para la sociedad.


Artículo por Katiana Murillo, es una periodista costarricense especializada en ambiente y turismo. Actualmente trabaja para la Alianza de Comunicaciones para el Desarrollo Sostenible (Com+) y es consultora en estos temas. También ha escrito libros sobre educación ambiental, revistas de turismo y guías para periodistas y organizaciones.

 

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