Mucho más que selva: El otro lado de Costa Rica
Ann Marie Brown
Costa Rica tiene una reputación muy merecida de su riqueza natural. Pero por más alucinantes que sean sus bosques nubosos, volcanes y cañones del río, el país tiene más que ofrecer que tours de canopy y rafting. De hecho, es posible crear todo un viaje increíble con sólo las opciones culturales. Aquí les dejo unas siete que lo comprueban.
1. El Teatro Nacional en San José.
TEl techo del vestíbulo está pintado con un fresco de una cosecha de banano y café, hecha por un artista italiano que nunca pisó sobre el suelo costarricense. Es otra cosa que no te debes perder – y no juzgues tan duramente al artista, aunque el café esté creciendo en la región equivocada. A pesar del error, fue calificado como uno de los mejores techos del mundo por la revista estadounidense “USA Today”. Consíguete entradas para la Orquesta Sinfónica Nacional de abril a noviembre o para otros espectáculos como el Festival Internacional de Piano el 17 de julio, el concierto de música nacional el 11 de septiembre o un festival de flamenco el 2 de octubre. Sin embargo, no tienes que asistir a un espectáculo para ver el esplendor, ya que hay tours con guía cada hora.
2.Las carretas de Sarchí.
En la plaza del pueblo de Sarchí, ve lo que el Libro Récord de los Guinness ha nombrado como la carreta más grande del planeta: una obra de 14 metros de largo y 2 toneladas, más de cinco veces el tamaño de una carreta normal.
3. El Museo de Jade en San José.
Como contraste a esta modernidad tienes las lecciones sobre la historia antigua que aprenderás. Desde el 600 a.C. hasta el 500 d.C., el jade valía más que el oro. Los artesanos indígenas siempre han tallado la piedra para hacer pulseras de tobillo, vasijas y estatuillas. Verás más de 7.000 ejemplares de la colección más grande de jade pre-colombino en el mundo. También verás herramientas antiguas y cerámica (no te pierdes la vasija de terracota policromado que tiene incrustada dientes humanos).
4. La cultura afrocaribeña en Cahuita.
¿Quieres saber lo que va de la mano perfectamente con el ritmo del calipso de los restaurantes locales? El gallo pinto costarricense (arroz y frijoles negros con cebolla y cilantro) más pollo caribeño o el guiso rondón (cuyo nombre proviene de la frase “run down”, significando literalmente lo que el chef ha logrado recoger) además de pescado y una variedad de vegetales con abundante salsa de coco.
5. La cerámica de Guaitíl.
Puedes comprar tu diseño favorito en puestos al lado del campo de fútbol del pueblo y luego aprender sobre las prácticas antiguas en el Ecomuseo de la Cerámica Chototega en San Vicente.
6. La Cultura Vaquera de Guanacaste.
En las noches, visita un restaurante para una inmersión en la cultura local: espectáculos donde se destaca la marimba, el instrumento nacional y el primo del xilófono. Tómate una picante sopa de albóndigas o la típica olla de carne, un guiso de carne y verduras. Luego levanta tu jarra de cerveza Imperial en honor a los vaqueros en todo el mundo.
7. Las máscaras ceremoniales de Boruca.
Conduzca por los caminos montañosas hasta llegar a la reserva Boruca y visita al pequeño Museo Comunitario Indígena de Boruca. Compra unas máscaras de diablo en la tienda del museo, así como bolsas y unas calabazas jícaras talladas de manera elaborada. Pide permiso antes de tomar fotos y sé sensible con esta cultura única, ya que la gente Boruca quiere preservar sus tradiciones antiguas mientras se abren al turismo internacional.
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